Saludos bloguer@s
Una semana más nos encontramos en estas líneas, hoy con un tema que a mí personalmente me ha sorprendido bastante, ya que no sabía que existían este tipo de empresas, que parece que con la situación económica que tenemos se están incrementando.
Una semana más nos encontramos en estas líneas, hoy con un tema que a mí personalmente me ha sorprendido bastante, ya que no sabía que existían este tipo de empresas, que parece que con la situación económica que tenemos se están incrementando.
Puede que sus nóminas no tengan cinco ceros, o que no vayan al trabajo encorbatados. Posiblemente sus acciones jamás coticen en bolsa, pero sorprendentemente...son rentables.
Y es que está claro que el principal objetivo de una empresa es obtener beneficio. Eso nadie lo discute. Pero, ¿y si esa no fuera la única motivación que una empresa puede tener para funcionar? Incluso puede darse un hecho paradójico: empresas que obtengan beneficios indirectamente, es decir, no siendo este su objetivo inicial pero que como consecuencia de su carácter social, los consiguen.
Jurídicamente las empresas sociales son empresas privadas, de hecho tienen normalmente formas de cooperativas, sociedades laborales o incluso sociedades limitadas, pero sin embargo su filosofía es diferente.
El objetivo es dar solución a un problema social, lo que sin duda supone que el emprendedor social está plenamente implicado con el problema que quiere solventar y hacia ahí encamina su esfuerzo. Pueden buscar reducir el desempleo en los jóvenes, facilitar el acceso de los discapacitados al mercado laboral, preservar el medio ambiente mediante artículos ecológicos, promocionar la cultura y el arte o un sinfín de posibilidades.
Para comprender el motivo de su creación debemos ir a los dos países que más empresas de este tipo soportan: Estados Unidos y Reino Unido. ¿Casualidad? Sin duda no... Además de la ya conocida predisposición al emprendimiento de ambos países, se da la coincidencia que el gasto público de ambos, sobre todo en lo referido al Estado del Bienestar, no es especialmente significativo, por lo que es perfectamente lógico que estas empresas surjan para suplir y complementar allí donde el Estado no llega.
Así que si queréis ganar dinero y a la vez ganar un cachito del cielo por ser buenas personas, os recomiendo el camino del emprendimiento social, seguramente no os haréis multimillonarios, no conduciréis un Porche no veranearéis en Puerto Banús, pero sinceramente, prefiero dormir tranquilo por las noches pensando que el mundo es un lugar mejor gracias a nosotros.
Jurídicamente las empresas sociales son empresas privadas, de hecho tienen normalmente formas de cooperativas, sociedades laborales o incluso sociedades limitadas, pero sin embargo su filosofía es diferente.
El objetivo es dar solución a un problema social, lo que sin duda supone que el emprendedor social está plenamente implicado con el problema que quiere solventar y hacia ahí encamina su esfuerzo. Pueden buscar reducir el desempleo en los jóvenes, facilitar el acceso de los discapacitados al mercado laboral, preservar el medio ambiente mediante artículos ecológicos, promocionar la cultura y el arte o un sinfín de posibilidades.
Para comprender el motivo de su creación debemos ir a los dos países que más empresas de este tipo soportan: Estados Unidos y Reino Unido. ¿Casualidad? Sin duda no... Además de la ya conocida predisposición al emprendimiento de ambos países, se da la coincidencia que el gasto público de ambos, sobre todo en lo referido al Estado del Bienestar, no es especialmente significativo, por lo que es perfectamente lógico que estas empresas surjan para suplir y complementar allí donde el Estado no llega.
Así que si queréis ganar dinero y a la vez ganar un cachito del cielo por ser buenas personas, os recomiendo el camino del emprendimiento social, seguramente no os haréis multimillonarios, no conduciréis un Porche no veranearéis en Puerto Banús, pero sinceramente, prefiero dormir tranquilo por las noches pensando que el mundo es un lugar mejor gracias a nosotros.
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