Saludos bloguer@s:
Hace unos meses realicé un trabajo de investigación sobre la existencia o no de un síndrome, el de alienación parental y he querido compartir mis conclusiones con vosotros. ¡Espero que os sea de interés!
¿Qué es el Síndrome de Alienación Parental?
Richard Gardner describe el SAP como un trastorno infantil que surge casi exclusivamente en el contexto de disputas por la custodia de los niños. Su manifestación primaria es la campaña de denigración del niño contra un padre, una campaña que no tiene justificación. Ello resulta de la combinación de una programación (lavado de cerebro) de adoctrinamiento parental y de las propias contribuciones del niño para el vilipendio del padre objetivo.
Los síntomas principales en el menor son los siguientes: una campaña de denigración; débiles justificaciones para el desprecio; ausencia de sentimientos encontrados; afirmación de que su decisión de rechazar a uno de sus padres es completamente suya; apoyo al progenitor manipulador; ausencia de culpa; uso de expresiones que no forman parte del lenguaje de los niños y extensión de la animadversión hacia la familia y amigos del progenitor rechazado.
Dependiendo de la intensidad de estos síntomas se plantean tres tipos de niveles de alienación: ligero, moderado y severo.
Las consecuencias observadas en los menores coinciden con las situaciones que sufren los menores en los casos de maltrato emocional como los trastornos de ansiedad, en el sueño y en la alimentación y en la conducta.
Debate
El SAP ha sido objeto de argumentos a favor y en contra sin que se haya llegado aún a un punto de encuentro entre ambas posturas.
En mi opinión, está claro que el síndrome de alienación parental necesita de un estudio con profundidad que permita orientar a los jueces y tribunales en la resolución de los casos que se les presentan. Las alegaciones de SAP surgen durante procesos en los que se discute la atribución de la guarda y custodia de los menores, por lo que el diagnóstico del síndrome requiere de la máxima certeza, puesto que sólo así se conseguirá defender con éxito el interés superior del menor.
Los hijos consideran el divorcio como una pérdida si pierden los vínculos afectivos con sus padres. La visión del conflicto en sus progenitores es un elemento que traerá las consecuencias más negativas para su desarrollo futuro. El menor debe ser libre para relacionarse con sus padres, sin tener que estar obligado a elegir, pues a ambos quiere y necesita. Y debe tener permiso psicológico para comunicarse con sus progenitores, sin que en ningún momento se vea limitado o sancionado por nadie. La calidad de la relación con su hijo es más importante que la cantidad. El tiempo con su hijo es para compartir la vida juntos, haciendo actividades en común, interesándose por sus inquietudes, ayudándole en su desarrollo. A un hijo no se le visita; con un hijo se comparten tiempo y experiencias.
El Síndrome de alienación Parental, no es un Síndrome en lo Formal Académico. No quiere decir que la alienación parental no se pueda configurar en un futuro como síndrome con las características psiquiátricas específicas.
Por otro lado, la mediación familiar puede ser un método eficaz para abordar el SAP cuando el rechazo es leve o moderado. Cuando el rechazo es intenso podría ser necesaria la utilización de terapias coactivas. La mediación familiar en el SAP difícilmente funciona sin la participación del sistema legal (abogados y jueces) y el SAP tiende a cronificarse cuando recibe únicamente un abordaje jurídico, por lo que la colaboración entre ambos sistemas se hace imprescindible para la consecución de resultados satisfactorios para todas las partes implicadas.
Considero importante continuar estudiando el SAP, aportando datos sobre los efectos que causan tanto en los niños y adolescentes como en los progenitores, buscando soluciones, tratando de concienciar a abogados y juristas para que empiecen a darle la importancia que merece.
Ningún hijo debe ser tratado como traidor simplemente por amar a ambos padres
Silvia Eliche Ramos

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