Saludos bloguer@s:
Esta semana quiero exponeros una preocupación que tengo desde hace algún tiempo y que, por desgracia, parece que irá en aumento. Este malestar tiene nombre propio: el crecimiento de la ultraderecha en tiempos de crisis. Y, por desgracia, está directamente relacionado con mi último post sobre el racismo
La extrema derecha vuelve a primer plano en Europa aunando populismo y crisis, pero con distintas variantes.
De un lado los partidos de la ultra-derecha, populistas y racistas
que aparecen como opciones de poder, con parlamentarios en la mitad de
los países de la UE y con gobiernos en Bulgaria y Letonia. Es el caso
del Frente Nacional francés renacido con Marine Le Pen, Interés Flamenco
de Bélgica, el Partido Popular danés, el Partido de la Libertad
holandés o el austríaco que, con el mismo nombre, acaba de quedar en
segundo lugar en las recientes elecciones. También del Partido del
Progreso noruego -en el que había militado Anders Breivik, autor de la
masacre de la isla de Utoya- que acaba de entrar en el gobierno.
Del otro, los partidos neo-nazis, con grupos de choque, como Alba
Dorada que en estos días llenaban los periódicos por el asesinato de un
militante de izquierdas, o los paramilitares de la Guardia Húngara.
El odio al diferente, la exaltación de los valores patrios y el nacionalismo excluyente se extienden como una mancha por los países europeos y España no es ajena a este resurgir de los partidos de extrema derecha. La crisis económica ha desenterrado ideologías radicales que se creían superadas pero que están recuperando oxígeno
En nuestro país, formaciones de nuevo cuño como Plataforma per Catalunya (PxC) o España 2000 aglutinan el voto de muchos ciudadanos descontentos que se sienten
abandonados por los partidos mayoritarios. Frente a organizaciones
clásicas de la extrema derecha, como Falange Española de las J.O.N.S. o
Democracia Nacional, que sufren un retroceso, estas opciones crecen
hasta el punto de que PxC se ha convertido, tras las últimas elecciones municipales, en la sexta fuerza política de Cataluña.
Plataforma per Catalunya, liderada por
Josep Anglada, no esconde su aversión a la inmigración y al Islam, a los
que responsabiliza del aumento de la violencia y el paro. En las
elecciones municipales de 2011 experimentó un aumento de votos del 500%
respecto a 2007 y pasó de 16 a 69 concejales en toda Cataluña. Su lema es muy sencillo: "Primero están los de casa".
Aunque tiene su feudo en Barcelona, donde acapara el 2,5% de
los votos, PxC ya ha extendido sus tentáculos a otras regiones y sus
pronósticos de futuro son muy optimistas. En las municipales de 2015 prevén un "espectacular crecimiento".
Otra formación anti islamista que ha ganado terreno en los últimos comicios es España 2000, que superó los 9.000 votos en las últimas generales frente a los poco más de 6.000 que obtuvo en 2008. En Valencia es ya la sexta fuerza política con cinco concejales en 2011 frente a los dos que logró en 2007.
Esta ultraderecha gana adeptos porque algunas capas de la sociedad
necesitan identificar un enemigo al que culpar de la crisis. La derecha
fascista utiliza el miedo al diferente para crecer. Ofrecen soluciones
fáciles (y falsas) que aportan seguridad. Lanzan un mensaje muy simple y por tanto fácil de vender.
Debe destacarse que uno de los últimos sondeos del CIS ofrecía
escasas perspectivas de apoyo en las urnas para este tipo de discurso
ultranacionalista y extremista, al contabilizar un 2.8% de posible
audiencia máxima, a la par que una parte de este reducido electorado
potencial ya votaría al PP.
Afortunadamente, la extrema derecha no acaba de despegar en España porque muchos aún no
han olvidado nuestra historia reciente, al igual que ocurre en Alemania. Existe un rechazo general porque no ha pasado mucho de la dictadura. Esperemos que con el tiempo ese recuerdo no se vaya matizando y no demos poder a estos locos
Y a los que defienden estas ideas o le quitan hierro al asunto les digo que esto puede ser sólo el principio. Ahora se ensañan con
los inmigrantes. Mañana se ensañarán con todos nosotros. Lo mismo pasó en Alemania. Primero persiguieron a los
judíos, luego a los opositores y disidentes y, al final, subieron al poder con Hitler.
Silvia Eliche Ramos
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