Desde el 31 de marzo han pasado ya los suficientes días para
poder dedicarles a unas palabras a nuestros vecinos galos que llevan ocupando
las calles y las plazas de Francia en un movimiento que nos es familiar, no
solo por el 15M de España, sino por las Primaveras Árabes surgidas en Túnez y
exportadas a varios países árabes, el Occupy de Estados Unidos o el YoSoy132 de
México.
Lo que comenzó como una manifestación contra la reforma
laboral impulsada por el gobierno ¿socialdemócrata? de François Hollande, ha
acabado como la chispa que ha detonado una explosión en la hastiada (me resisto
a volver a usar el término indignada) sociedad francesa. Por ello, en las
iniciales consignas contra la precariedad laboral o el empleo estable, se ha
acabado hablando del difícil acceso a la educación superior por la carestía de las
matrículas, de la necesidad de una vivienda digna, de las luchas de los
productores agrícolas contra las grandes cadenas de distribución o sobre la
vergüenza europea que está suponiendo la gestión de los refugiados.
Cuando supe de la noticia, la primera pregunta que me surgió
fue comprobar si se daba el mismo fenómeno que aquel 15M pude ver en la Puerta
del Sol: que en la concentración, lejos de estar compuesta sólo por greñudos jovenzuelos, había jubilados, madres
de familia y lo que siempre habíamos denominado como “clase media”. Estoy
plenamente convencido de que el éxito de la protesta de España fue precisamente
ese, ser capaz de mover algo dentro de jóvenes y mayores, de licenciados
universitarios y gente sin estudios, de obreros o profesionales liberales; en
definitiva de la amplia base social de la población.
¿Y ahora qué?, parece ser la pregunta que flota en el
ambiente de la plaza de la República en París. ¿Será flor de un día que se irá
diluyendo entre asambleas y declaraciones bienintencionadas? ¿Se acabará
plasmando en una fuerza política siguiendo el ejemplo de Podemos? ¿Harán un
intento las fuerzas políticas francesas de apropiarse de las ideas y
frustraciones de sus ciudadanos, aunque sólo sea de cara a la galería como ya ha hecho el Ministro de Economía Francés?
Solo el tiempo dirá…
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