Ante la noticia de su incorporación al banco de inversiones
Goldman Sach, me permito escribirle para expresarle mi incomprensión de su
actitud.
Verá Goldman no es un banco cualquiera, pues arrastra un
historial más que cuestionable en cuanto a su ética empresarial, ya que se le
acusa entre otras cosas de falsear el déficit de Grecia (origen de la actual
situación del país heleno), de ser el mayor comercializador de hipotecas basura
en Estados Unidos o incluso aquí en España, que con la intermediación de la
familia Aznar una de sus filiales compró el parque de vivienda públicas de la Comunidad
de Madrid de los que están siendo expulsados sus inquilinos progresivamente.
Ya sé, Señor Durao, que no ha sido el primero (y que por
desgracia no será el último), y que su nombramiento se une a esa plantilla de ¿políticos?
que han cruzado la puerta giratoria como Mario Monti, Lucas Papademos o los Exsecretarios
del Tesoro Estadounidense Henry Paulson (con Bush), Robert Rubin (con Clinto) y
Sidney Weinberg (con Roosevelt); por citar solo algunos.
Sé que nadie ni nada le hará cambiar de opinión, sé que no
veremos a millares de ciudadanos manifestándose por el tremendo atropello que ello supone y por
supuesto ninguna institución europea hará nada, no ya para impedirlo, sino para
evitar que vuelva a ocurrir. ¿Por qué? Porque la actual Europa hace tiempo que
está muerta, y precisa de una refundación profunda porque la crisis de deuda,
los refugiados o el Bréxit no son casos aislados, sino síntomas de la misma
enfermedad con una medicina clara: hace falta una Europa alternativa.
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