Hubo un tiempo en que los judíos en algunos países no podían
acceder a cargo público alguno, por la única razón de su condición, o a la
mayoría de profesiones liberales (abogados, médicos, etc…) viéndose obligados,
bien a ocultarse o a trabajar en puestos inferiores que los no-judíos.
Hubo un tiempo en que a los judíos no se les permitió formar
parte de las fuerzas armadas de varios países, o simplemente no podían donar
sangre como el resto de sus conciudadanos.
Hubo un tiempo en que a los judíos se les prohibió la
posibilidad de manifestar abiertamente sus creencias, so pena de ser
discriminados en su trabajo o en su pacífica convivencia.
Hubo un tiempo en que el matrimonio entre judíos estaba
prohibido en muchos países, pues el único matrimonio válido a los ojos de Dios
y de la Ley era el católico.
Hubo un tiempo que en las escuelas y centros públicos,
financiados por todos, no se hablaba del judaísmo de una manera imparcial o
simplemente científica, sino que se hacía desde la mal llamada visión
“humanista” del mundo.
En definitiva, hubo un tiempo en que los judíos y judías
eran mirados mal en la escuela, en la empresa, en la Administración Pública y
en la sociedad general; la religión, el Estado, el poder financiero y hasta la
comunidad científica les dio de lado, solo por no ver el mundo desde una óptica
determinada.
¿Y si ahora cambiamos “hubo un tiempo” por “aun hoy” y
judíos por homosexuales, bisexuales o transexuales? ¿De verdad hay algo que
celebrar este fin de semana?
No hay comentarios:
Publicar un comentario