4 jul 2016

Estimados amigos, hubo un tiempo...

Hubo un tiempo en que los judíos en algunos países no podían acceder a cargo público alguno, por la única razón de su condición, o a la mayoría de profesiones liberales (abogados, médicos, etc…) viéndose obligados, bien a ocultarse o a trabajar en puestos inferiores que los no-judíos.

Hubo un tiempo en que a los judíos no se les permitió formar parte de las fuerzas armadas de varios países, o simplemente no podían donar sangre como el resto de sus conciudadanos.

Hubo un tiempo en que a los judíos se les prohibió la posibilidad de manifestar abiertamente sus creencias, so pena de ser discriminados en su trabajo o en su pacífica convivencia.

Hubo un tiempo en que el matrimonio entre judíos estaba prohibido en muchos países, pues el único matrimonio válido a los ojos de Dios y de la Ley era el católico.

Hubo un tiempo que en las escuelas y centros públicos, financiados por todos, no se hablaba del judaísmo de una manera imparcial o simplemente científica, sino que se hacía desde la mal llamada visión “humanista” del mundo.

En definitiva, hubo un tiempo en que los judíos y judías eran mirados mal en la escuela, en la empresa, en la Administración Pública y en la sociedad general; la religión, el Estado, el poder financiero y hasta la comunidad científica les dio de lado, solo por no ver el mundo desde una óptica determinada.

¿Y si ahora cambiamos “hubo un tiempo” por “aun hoy” y judíos por homosexuales, bisexuales o transexuales? ¿De verdad hay algo que celebrar este fin de semana?

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